lunes, 30 de julio de 2012
El ruido de las bolas que giran dentro de una mesa de pool que vibra contra mis piernas que apoyadas en un borde al agarrarte la cintura entre la espesa nube de humo entre el gusto de tu boca y la cerveza fría que congela la lengua hasta que te detenes y entonces el ruido de las bolas que giran dentro de una mesa que vibra contra mis piernas que esperan que vuelvas
viernes, 6 de julio de 2012
Sentado frente a mí. Se iba a morir. En esa mesa circular asentía a cada palabra que le decía yo sin saber bien qué. Esperaba. Era la segunda vez que le cambiaban la yerba al mate y él se iba a morir. Lo sabía. Lo sabíamos todos. Cumplía ochenta, sus dos hermanos antes también, antes, justo antes de morir. Ahora él, ahora el mate que volvía a pasar, la tele encendida, imperceptible en esa mesa, la cocina recién pintada, su muerte, las galletitas que horneó la abuela, su sonrisa, justo abajo de esos ojos que saben que van a morir.
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